La mujer, que también usaba un nombre falso, trabajó por más de tres años como médica en la Clínica. Se encuentra huyendo de las autoridades.

En la Clínica Regional de la Policía, ubicada junto a la escuela de formación de suboficiales Antonio Nariño, en Soledad, La doctora Maira Alejandra Zapata, una falsa médica que por algo más de tres años engañó a todo el personal de planta de la unidad prestadora de salud, así como a pacientes, entre estos policías activos, policías en retiro e hijos de policías, quienes acuden a este lugar.

En medio de una auditoría interna por contrataciones irregulares en la clínica de la Policía Regional Caribe, en Soledad, Atlántico, se descubrió que la mujer era una falsa médica.

La Dirección de Sanidad de la Policía Nacional emitió un comunicado el pasado 26 de enero en el que se confirmó un trabajo de control interno en la Dirección de Sanidad de la Policía Nacional a raíz de las denuncias por “una serie de inconsistencias en algunos procesos de contratación de la Unidad Prestadora de Salud (UPRES) Atlántico”, de la que hace parte la Clínica de la Policía.

Esta historia habría empezado entre junio y julio del año anterior, cuando llegó a la dirección del centro asistencial una oficial de Policía, en el rango de coronel. La uniformada habría ordenado cambios, entre estas supuestas convocatorias, para relevar de algunos cargos a viejos funcionarios, pero, de fondo, terminó contratando a familiares, en un aparente caso de nepotismo.

Dichas irregularidades habrían sido escaladas a la Dirección de Sanidad de la Policía Nacional, por lo que se inició una auditoría interna en la Unidad Prestadora de Salud (UPRES) Atlántico que derivó en varios hallazgos, entre estos el de la contratación de la doctora Maira, al parecer, vinculada a la clínica desde 2020.

Según fuentes de la Policía, la falsa médica llegó en un momento de crisis por el covid-19, y se vinculó al área de urgencias, así como en la atención de pacientes a través de citas virtuales. Recetó medicinas y, lo que es peor aún, firmó actas de defunción de pacientes que llegaron al lugar en busca de mejoría, en medio de la pandemia.

El reciente comunicado de la Dirección de Sanidad de la Policía Nacional hizo claridad en que se determinó que la “profesional de la salud no estaba inscrita en el Registro Único Nacional de Talento Humano en Salud (RETHUS), situación que generó una alerta sobre el contrato detallado”.

En esa línea, se habría ordenado una auditoría interna en la Unidad Prestadora de Salud (UPRES) Atlántico, encontrando inconsistencias en algunos documentos de la contratista señalada, al ser indagada por las omisiones, “la mujer dejó de asistir a la unidad prestadora de salud”.

La desaparición de la supuesta médica, según lo indagado por este medio, se habría dado en el segundo semestre del año anterior.

Ahora bien, la mujer que iba a la Unidad médica del centro asistencial, no se llamaría Maira Alejandra Zapata sino tendría otra identidad. Supuestamente, la verdadera Maira Alejandra sería una mujer habitante de la ciudad de Cartagena.

“Ante esta conducta, la UPRES Atlántico terminó unilateralmente el contrato y puso esta situación en conocimiento de las autoridades correspondientes, ante lo cual se iniciaron 2 procesos investigativos, uno disciplinario y otro penal, para determinar con claridad las circunstancias que enmarcarían un eventual fraude de parte de la contratista. De hecho, en términos disciplinarios, una vez adelantadas las verificaciones correspondientes a todos los contratos de la unidad, se tomó la decisión de suspender disciplinariamente a 5 funcionarios por la presunta omisión de sus funciones y responsabilidades en los procesos contractuales”, detalló la Dirección de Sanidad de la Policía.

La Seccional Atlántico de Fiscalía adelanta las pesquisas para dar inicialmente con la verdadera identidad de la mujer que trabajó como médica y luego con su paradero.

Se sabe que el ente investigador también tiene en su poder unos documentos que demuestran que la falsa médica hizo parte de la planta de trabajadores del Hospital Materno Infantil de Soledad, para el año 2022.

Años atrás, las autoridades locales dieron a conocer la historia de Yeudith Karina Martínez Mejía, una joven soledeña que falsificó el diploma de una excompañera de universidad para ejercer la profesión de medicina.La mujer actualmente paga una condena de siete años de prisón.

Este caso se destapó luego de la muerte de un paciente en un centro asistencial soledeño, a quien la mujer habría atendido en medio de un turno en enero de 2015.

En aquel tiempo, Ray Miguel Fontalvo Gálvez llegó al centro médico para ser atendido por un fuerte dolor que presentaba en la pierna derecha por un absceso que le había salido y por una fiebre que lo aquejaba.

El hombre, de 25 años, llegó a la urgencia del centro asistencial hacia las 11:15 de la mañana, acompañado de su esposa, María Cogoyo Romo.

Tras una larga espera, finalmente Ray Fontalvo fue atendido por la médica en turno, Yeudith Karina Martínez Mejía. Antes de que le fuera suministrado algún medicamento, su esposa le advirtió a la doctora que su pareja era alérgico a la penicilina.

Sin embargo –y como consta en la denuncia penal que instauró la pareja del fallecido en la Fiscalía– Martínez le respondió que “los médicos eran ellos y que para eso habían estudiado”. Por ello ordenó que se le aplicara un gramo de oxacilina por vía intravenosa, que es un antibiótico. También le fue inyectado clindamicina de 600 miligramos, otro antibiótico, lo que derivó en la muerte del joven.

En fallo emitido en octubre de 2017 por el Juzgado Segundo Penal del Circuito de Soledad que le dio a la mujer siete años y cinco meses de prisión.

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